La taza nueva

Estudiaba Psicología en una buena universidad. Se había sacado las mejores notas y estaba esperanzada de aprender.

El lunes siguiente, llegó la nueva jefa a la empresa. Ese mismo día le dijo a la practicante que “quería todo para ayer”.

El martes le pidió que fuera a comprarle un capuchino, una donut y que pasara a buscar un vestido a la tintorería. “Aquí todos hacemos de todo”, dijo.

El miércoles, cuando le gritó y ella lloró, le aconsejó que, en el trabajo, “nada era personal”.

El jueves, la practicante le dijo, casi en un susurro, que no le gustaba que la trataran así.

El viernes, todos dejaron de hablarle.
A las once, le informaron que en la tarde habría una reunión a puertas cerradas.
A las seis, le dijeron todo lo que no era, y la echaron.
Ella solo escuchó.

Llorando en el ascensor, con su cajita de cartón, sintió pena de no haber podido usar más la taza nueva.

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