En la Agencia, el silencio es institucional. Pero la nueva pregunta demasiado. Sabe machine learning, pero no sabe callar.
Un martes la citan a conversar. En la oficina, tres jefaturas la observan.
—¿Sabes por qué estás aquí? —le preguntan.
Ella dice que no, pero nadie le explica.
Le ofrecen una cocada. Le agradecen por estar ahí. Luego la acusan de no colaborar.
Sale sin saber si la ascendieron o la están investigando.
Ese mismo día le quitan el escritorio.
El lunes siguiente, otra llega.
También pregunta.
También la citan.
Esta vez, le dan una trufa.

Deja un comentario